Las dismenorreas son dolores abdominopélvicos (dolores que se concentran en la región pélvica, o también, en el bajo vientre y la zona genital) causados por las reglas y que pueden variar de intensidad en cada mujer. Frecuentes y a veces incapacitantes, estos pueden interferir en la calidad de vida. En algunos casos, los dolores de regla o dolores menstruales pueden estar ligados a una enfermedad subyacente. Estas son conocidas como dismenorreas secundarias.
La endometriosis es una enfermedad ginecológica poco conocida que provoca dolores pélvicos incapacitantes y en algunos casos infertilidad. Es una patología muy frecuente que afecta a más de una de cada diez mujeres entre 16 y 50 años. Su nombre viene del endometrio, que es la mucosa que recubre el útero. La endometriosis se produce por la presencia de esta mucosa uterina (o endometrioma) fuera del útero. Esta anomalía produce lesiones formadas por células en que poseen las mismas características que las células del endometrio y se comportan como ellas en presencia de hormonas ováricas. De hecho, estas lesiones son sensibles a las hormonas femeninas y, por lo tanto, proliferarán, sangran y dejan cicatrices fibrosas en cada ciclo menstrual. El carácter cíclico de este dolor es lo que provoca esta enfermedad. Esto puede afectar a muchos órganos, lo más comunes son los ovarios, el recto, la vejiga y la vagina. En algunos casos, estas lesiones provocadas por la endometriosis pueden encontrarse en órganos más alejados del útero, como por ejemplo los pulmones.
• Dolores pélvicos recurrentes y a veces muy agudos, cíclicos, que ocurren durante la regla.
Los calambres menstruales causados por la endometriosis son diferentes de los calambres menstruales normales. Son mucho más intensos, comienzan a veces antes del ciclo y pueden durar más tiempo.
• Dolores durante el acto sexual, también conocidos como dispareunia.
La endometriosis puede ocasionar un dolor profundo en el abdomen y en la región pélvica durante o después del acto sexual.
• Dolor al orinar o defecar
Las mujeres que padecen endometriosis pueden sentir este dolor durante su periodo menstrual. En los casos en los que la vejiga o los intestinos están gravemente afectados por endometriosis, el dolor puede sentirse también fuera del periodo menstrual.
• Dolores pélvicos crónicos (dolores que persisten en el tiempo), en el bajo vientre o en el abdomen.
• Problemas gastrointestinales, como diarrea, estreñimiento y náuseas.
• Infertilidad.
La endometriosis es responsable del 25 al 50% de los casos de infertilidad. Muchas pacientes son diagnosticadas de endometriosis durante una consulta de fertilidad.
La endometriosis puede ser totalmente asintomática. En esos casos, las mujeres suelen ser diagnosticadas de endometriosis cuando van a un especialista en fertilidad porque quieren tener un bebé.
Las causas de la endometriosis no se conocen con certeza. La hipótesis principal es la de la implantación de material uterino proveniente de menstruaciones retrógradas. Durante la menstruación, la sangre puede pasar a través de las trompas y llegar a la cavidad abdominal, transportando con ella fragmentos de endometrio. Estas células endometriales se adhieren a los tejidos del abdomen y después se desarrollan. Es la “teoría de implantación”. Otra teoría sugiere que algunos tipos de células del abdomen pudieran reaccionar a las hormonas y convertirse en células endometriales.
Los tratamientos dependen de los síntomas que presente la paciente. Sin embargo, no existe tratamiento curativo. Es posible recurrir a tratamientos hormonales, destinados a suprimir las reglas, y analgésicos, para tratar los dolores. La cirugía es el único tratamiento definitivo para eliminar las lesiones provocadas por la endometriosis. Estas se practican en casos donde los síntomas provocan incapacidad o infertilidad.
Las varices pélvicas son dilataciones venosas de las venas genitales (útero, ovarios) y/o desarrolladas a partir de las venas que drenan las otras vísceras pélvicas o la pared pélvica. El estancamiento de sangre en las varices es la causa de lo que llamamos Síndrome de congestión pélvica. El dolor proviene de la acumulación de sangre en las venas de la pelvis, que se dilatan y presentan un aspecto sinuoso, de ahí el nombre de varices pélvicas.
La sintomatología dolorosa que resulta de este fenómeno puede ser en algunos caso incapacitante. Numerosas mujeres en edad fértil padecen estas varices pélvicas, pero no todas manifiestan síntomas.
• Dolores pélvicos crónicos, difusos o localizado, de diferente intensidad, que empeoran al estar mucho tiempo de pie, al final del día y la semana anterior a la regla.
• A menudo asociado a reglas dolorosas y dolores durante o después de las relaciones sexuales.
• Frecuentemente asociado a una lumbalgia, dolor y varices en las piernas y sangrado vaginal anormal.
En la mayoría de los casos esta patología es difícil de explicar, las varices pélvicas son debidas a una hipertensión sanguínea en las venas ováricas o uterinas. Estas aparecen sobretodo en 2 casos: en casos de enfermedad vascular en las extremidades inferiores; insuficiencia venosa crónica, o en casos de hipertensión en la región pélvica. El estrógeno puede contribuir al desarrollo de estas varices.
Dependiendo del caso, es necesario realizar diferentes pruebas para confirmar el diagnóstico: ecografía pélvica, escáner o resonancia magnética.
El tratamiento de esta enfermedad vascular comienza por la toma de un antiinflamatorio no esteroideo o de flebotónicos que permiten aliviar los dolores pélvicos. Sin embargo, cuando el tratamiento médico es insuficiente, se debería considerar la cirugía vascular para evitar que la sangre se acumule en las varices pélvicas. Esto permitirá atenuar en gran medida los dolores abdominales que siente la paciente. Se pueden considerar dos tratamientos: la escleroterapia y embolización.
La escleroterapia consiste en inyectar una solución directamente en las venas varicosas para eliminarlas. Este método es utilizado frecuentemente para las varices pequeñas. En la práctica, usando una jeringa y una aguja fina, el producto se inyecta en el interior de la vena y elimina el circuito venoso anormal que forman las varices.
La embolización es un tratamiento que consiste en la obliteración de las venas ováricas o pélvicas. Se trata de una intervención rápida (30 min) y poco dolorosa realizada bajo anestesia local por un radiólogo. El radiólogo intervencionista introduce un tubo fino (catéter) en la vena femoral a la altura del pliegue de la ingle, va a través de la vena cava inferior, la vena renal, y desciende por la o las venas que alimentan las varices realizando la embolización para colocar resortes metálicos, pegamento biológico y/o una inyección de espuma de producto esclerosante.
El fibroma uterino es una patología benigna muy común entre las mujeres de entre 30 y 50 años. Se trata de un tumor benigno (no canceroso), una “bola” de fibras musculares que se desarrolla en el músculo uterino. El tamaño de los fibromas es variable, puede ser de tamaño microscópico u ocupar la totalidad del útero y pesar cientos de gramos. El número de fibromas también es variable y aunque a veces aparece únicamente uno, habitualmente aparecen varios a la vez.
A menudo asintomáticos, los fibromas de gran tamaño pueden causar los siguientes síntomas:
La causa exacta del fibroma uterino es desconocida, pero las hormonas y los factores de crecimiento parecen tener un papel importante en su desarrollo. Los estrógenos (hormonas producidas por los ovarios que intervienen en el desarrollo sexual femenino) juegan un papel en su evolución. Además, estos tumores benignos pueden desarrollarse o disminuir en diferentes periodos de la vida de una mujer y, después de la menopausia, en ausencia de tratamiento hormonal sustitutivo, los fibromas uterinos habitualmente desaparecen espontáneamente.
Es importante mencionar que los fibromas no desarrollan en ningún caso en cáncer. En ausencia de síntomas, un seguimiento regular es suficiente. Si hay síntomas, y dependiendo de la frecuencia y de la gravedad de los mismos, se pueden ofrecer diferentes tratamientos: tratamiento medicamentoso destinado a disminuir los sangrados y analgésicos, embolización de las arterias uterinas o cirugía para extirpar el fibroma (miomectomía) o el útero (histerectomía).
Los dolores de regla no deben tomarse a la ligera. Cuando son incapacitantes, pueden conllevar una afección que es necesaria detectar cuanto antes para tratarla lo antes posible. No dudes en consultar a tu médico, será la mejor manera de solucionar una potencial anomalía.
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