Para las jóvenes, el inicio de la menstruación puede marcar también la llegada de los dolores de regla, caracterizados por intensos dolores uterinos, fatiga, irritabilidad, o incluso problemas digestivos y dolores de cabeza.
La dismenorrea (nombre científico del dolor menstrual o de los dolores de regla) afecta a muchas mujeres. Un gran número de afectadas recurren a medicamentos de venta libre para aliviar el dolor, pero es importante conocer los efectos secundarios y el nivel de eficacia antes de automedicarse.
¿Lo correcto? Consultar el tema con tu ginecólogo o médico de cabecera, los cuales te pueden sugerir otras soluciones medicamentosas o por ejemplo anticonceptivos.
En el caso de la dismenorrea, las mujeres jóvenes utilizan medicamentos que pertenecen a tres grandes familias de principios activos.
Su objetivo es limitar el efecto de la inflamación causada por una reacción del sistema inmunitario cuando el organismo sufre una agresión o alteración. Para ello, los AINEs bloquean la formación de prostaglandinas, la sustancia responsable de la inflamación que el cuerpo produce de forma natural. Estos medicamentos tienen también un efecto analgésico (o de alivio del dolor).
El AINEs más común es el ibuprofeno. Es importante saber que muchos antiinflamatorios sólo se pueden adquirir con receta médica.
Actúan directamente sobre las contracciones musculares actuando sobre el cerebro. Los antiespasmódicos se utilizan en casos de calambres estomacales, intestinales o uterinos.
La molécula activa que contienen es el floroglucinol y, en caso de duda, el farmacéutico puede orientar a las mujeres sobre la posología (la dosis y la frecuencia de toma) más adecuada a sus dolores menstruales.
Estos fármacos bloquean el mensaje enviado por el sistema nervioso cuando transmite información asociada al dolor. Por tanto, no se trata de la causa del dolor, sino de su manifestación.
El analgésico más conocido es el paracetamol. La opinión y el consejo del farmacéutico es útil también en este caso para un uso eficaz y controlado.
Si es considerado el medicamento más conocido del mundo, es probablemente porque la aspirina tiene propiedades tanto analgésicas como antiinflamatorias. También se utiliza contra la fiebre. Sin embargo, este medicamento está generalmente prohibido durante la regla, ya que puede tener un efecto anticoagulante y provocar un sangrado muy abundante. Por lo tanto, es importante recordar que no se recomienda consumir la aspirina para los dolores de regla.
Esta es la pregunta que se hacen muchas mujeres, pero es imposible dar una respuesta válida para cada una. Todo depende de la intensidad del dolor, de la capacidad del cuerpo para tolerar cada molécula, pero también de los genes y de los trastornos ligados a las menstruaciones.
Para tratar la dismenorrea primaria (dolores menstruales no asociados a una patología subyacente), los estudios demuestran que los AINEs son más eficaces que el paracetamol (1).
En los casos que los dolores estén causados por una enfermedad subyacente, como la endometriosis, los antiespasmódicos, analgésicos o AINEs tendrán poco efecto.
En otras palabras, en caso de dolores menstruales antes de recurrir a la "automedicación", se recomienda encarecidamente consultar a un médico para que diagnostique la causa del dolor. Aunque la mayoría de las llamadas dismenorreas primarias no están causadas por ningún trastorno ginecológico y su origen a menudo permanece inexplicado, es esencial descartar una patología subyacente.
Cualquier medicamento puede tener efectos secundarios, incluso los que están disponibles sin receta. Por ello, hay que tener en cuenta los siguientes puntos:
Si los AINEs o los analgésicos accesibles sin recta no son lo suficientemente eficaces, el médico puede recetar moléculas más fuertes o el uso de un anticonceptivo. Las píldoras o el DIU, por ejemplo, tienen fama de reducir el dolor: hablar de ellos con un profesional es un paso esencial para evaluar la posibilidad de utilizarlos contra los síntomas experimentados.
En todo caso es importante poder explicar el tipo de dolor que se padece, para así investigar la posibilidad de que exista una enfermedad subyacente como la endometriosis.