Experimentar dolor durante la menstruación es un fenómeno muy común. Se calcula que entre el 50 y el 70% de las adolescentes (1) padecen dismenorrea (períodos dolorosos). Para hacer frente a estas molestias, el primer reflejo suele ser recurrir a los medicamentos de venta libre.
Los dolores menstruales leves, debidos a las contracciones del útero, se alivian con antiespasmódicos. Si los dolores son más intensos y están relacionados con la inflamación, podemos recurrir a antiinflamatorios. Su eficacia está demostrada, pero, como todos los medicamentos, deben utilizarse con precaución.
El uso frecuente de estos fármacos en el tratamiento de la dismenorrea se debe, principalmente, a que la menstruación origina un efecto inflamatorio.
Todo el ciclo femenino está regulado por hormonas: estrógenos, progesterona, prostaglandinas... Las fluctuaciones de estas hormonas pueden tener un efecto inmediato y provocar una inflamación.
De hecho, es una reacción del organismo que él considera una amenaza. Si el nivel de una hormona es repentinamente alto, o si una de las sustancias segregadas tiene un mecanismo que conduce a la inflamación, la respuesta no tarda en llegar y el dolor es el resultado.
Durante la menstruación, el revestimiento del útero (endometrio) produce unas sustancias llamadas prostaglandinas. Las prostaglandinas provocan contracciones uterinas que permiten la expulsión del endometrio si no se ha producido la fecundación.
Las prostaglandinas son hormonas producidas por las células de muchos órganos del cuerpo. Pueden ser beneficiosas (aumentan las defensas inmunitarias que bloquean la inflamación, relajan los músculos, etc.) o perjudiciales (inflamación, contracción muscular, aumento del dolor, etc.).
La producción excesiva de prostaglandinas por parte de la mucosa uterina provoca una inflamación y un aumento anormal de la contractilidad y el tono del músculo uterino. Estas contracciones frecuentes privan al músculo uterino de oxígeno (hipoxia) por compresión de los pequeños vasos y esta hipoxia provoca el dolor.
Se cree que la mayor parte del dolor durante la menstruación se debe a la inflamación, que puede ser desencadenada en parte por los altos niveles de prostaglandinas "malas" liberadas de forma proinflamatoria.
La función principal de los antiinflamatorios en el tratamiento de los dolores menstruales es la de bloquear la producción de prostaglandinas. Al eliminar la causa, se elimina también el efecto.
Antes de utilizar este tipo de medicamentos, se recomienda encarecidamente consultar a un médico. El médico puede descartar otras causas que puedan estar causando ese dolor menstrual. Si prescribe antiinflamatorios, comprobará que no haya contraindicaciones y también especificará la posología exacta adaptada a los síntomas: el número de comprimidos que hay que tomar al día, cuándo empezar a tomarlos, etc.
Estos medicamentos serán eficaces sobre todo si se toman el día antes de que empiece el periodo, para bloquear la producción de prostaglandinas. Esto es posible cuando existe un ciclo regular, o cuando se saben identificar los signos que preceden a la regla.
El antiinflamatorio más utilizado para el tratamiento de la dismenorrea es el ibuprofeno, clasificado como antiinflamatorio no esteroideo (AINE). Se puede adquirir sin receta en una farmacia.
Dado que disminuye las contracciones del útero, los antiinflamatorios generalmente proporcionan un alivio rápido. El ibuprofeno también tiene un efecto analgésico (calmante, al actuar sobre el cerebro) que aumenta su eficacia.
Esta molécula reduce la cantidad de sangre expulsada durante la regla. Para las niñas y mujeres con hemorragias abundantes, este efecto secundario puede ser un beneficio importante. Según los estudios, se estima que el flujo menstrual disminuye entre un 25 y un 40% con la toma de este antiinflamatorio (2).
Hay dos cuestiones principales a plantear sobre los antiinflamatorios no esteroideos o AINEs:
Por último, hay que señalar que estos medicamentos no funcionan para todas las personas. Algunas mujeres tendrán que recurrir a otros tratamientos para aliviar sus dolores menstruales.
Ya sea porque ya han tomado demasiados medicamentos, porque no les parecen lo suficientemente eficaces o porque quieren tratarse de una manera alternativa, muchas mujeres prefieren prescindir de la medicación.
Se pueden obtener muy buenos resultados adaptando la alimentación, practicando una actividad física suave o utilizando dispositivos innovadores.
La electroterapia es una de estas soluciones alternativas. Se aplica en forma de parche, como en Urgo Parche de Electroterapia Recargable para Dolores Menstruales, que se coloca directamente en el bajo vientre o en la parte baja de la espalda, según donde se localice el dolor. En cuanto se siente el dolor, basta con activarlo para que los calambres uterinos disminuyan. En un estudio realizado con 40 mujeres que sufrían dolores menstruales, 3/4 de las participantes encuentran alivio en menos de 20 minutos de uso. Este alivio dura una media de más de 7 horas (3).